A MI PRINCESA
Nunca he podido describirte hija mía,
eres luz, ternura, dulzura y poesía,
eres la parte de esa fuerza que me falta
y que tú me regalas día tras día.
Eres especial, dulce, comprensiva e inteligente,
correcta, decidida, perseverante y valiente,
en mi vida elemental y esencial,
siempre para mí tu presencia es angelical.
Muchas veces de dolor yo caí ,
como madre a mi lado te sentí,
otras tantas en la tristeza me perdí,
como la más grande amiga acudiste a mí.
Otras veces que angustiada yo lloré,
fue tu hombro en el que siempre me apoyé
y reímos y lloramos, pero siempre juntas caminamos
y jamás de la mano nos soltamos.
La dureza del camino y del destino
y los reveces que la vida nos deparó,
es vedad que nos hirió y a nosotras nos marcó,
pero nunca nuestro amor lo destruyó.
Eres parte especial de mi vida
y junto a tus hermanos eres mi todo,
ya todo lo malo pasó y nuestra familia triunfó
y hoy muy felices somos, ellos tú y yo.
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