De un simple evento, en doloroso frenesí
La cruda experiencia
El milagro más grande
Nuestra existencia misma.
Sin memorias ni recuerdos
El halo de vida, el Zoe.
La representación misma del miedo,
En áspero llanto buscando aquel abrazo.
No hay mejor privilegio que el calor de la madre
Que aun con dolor, te ama.
Que aun en la soledad, te acompaña,
Que aun en la necesidad, te amamanta.
Del milagro de la vida nos espera sin cuestionar, la maldición de la muerte.
Que espera su momento, pacientemente, sin pestañear…
No pedimos nacer, ni pedimos con quienes crecer…
Sin misericordia, sin perdón
El tiempo camina por los rectos llanos
Sin ningún reparo, sin ningún descanso
Hasta la muerte y más allá
Y más allá.
EL DEAMBULANTE
FRANCISCO ESCALONA NICOLAU
PANAMA, REP. De PANAMA
derechos reservados del autor
Pintura de Salvador Dali
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