Veo mi tumba vigilada por extintos odres
Reconozco ese traje
Fue aquel con el que enterré mis versos
Y la corbata me sirvió de cuerda
Para ahorcar lastimeras alegorías
Seudo artistas
No viertan lagrimales
Por perder al poeta
De los pies y manos deformes
Al que hablaba de Sodoma
Y reía cuando con
Sus charlas de desvarío y grandeza
Lloren por ustedes mismos
Nunca pasaran de ser lacayos que invisten
Con su estiércol a ignorantes profetas
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