viernes, 7 de junio de 2013

Joseph Myth


UNA ORACIÓN

No me considero una persona creyente, pero hoy, atravesé las puertas de la iglesia de mi ciudad, buscando un rincón de paz y armonía para lanzar a través del viento una oración cargada de sinceridad y cariño. Allí, arrodillado delante de la imagen de la Virgen, en un silencio acogedor, donde el crepitar de las velas y el olor a incienso cubría todo mi ser, entendí y comprendí el verdadero significado de la palabra amistad; una palabra utilizada muchas veces como arma arrojadiza para hacer daño cuando las palabras de comprensión se esfuman y se cambian por palabras crueles y dañinas. La amistad verdadera reside en el interior de cada uno de nosotros, y de nosotros depende ofrecerla sin condiciones a todas aquellas personas que de una manera u otra se cruzan en nuestro camino, buscando consuelo y comprensión cuando la vida ha consumido todas nuestras fuerzas golpeando nuestro corazón a través de heridas que no cicatrizan con el paso del tiempo. Y aquí, elevando la vista a la luz de las vidrieras angelicales que desbordan con su luz el altar de la iglesia, cierro los ojos y dibujo tu rostro con una sonrisa perpetua en mi memoria; y tu imagen se transforma en alegría y belleza desbordante, al llevarte con mi mente a paraísos lejanos, donde los malos pensamientos quedan varados en los acantilados del pasado... 

¡Que curioso! Ahora mismo, en este preciso momento, un cálido rayo de sol atraviesa tímidamente la vidriera coloreada y se posa silenciosamente sobre mi pecho; sorprendido levanto la vista y creo percibir una sonrisa en el rostro de la Virgen; debe de ser un error debido al juego de luces y colores que llena la iglesia, porque si fuera real, ahora mismo estaría corriendo hacia la puerta, mas asustado que bendecido por su gracia divina, que yo para estas cosas soy muy miedoso. Supongo que estarás pensando ahora mismo, que este pobre amigo ha perdido la razón, y desvaría de tal manera, que si por ti fuera, le darías un capón en el cogote para que se centrara de una vez por todas; pero no, no estoy desvariando, solo estoy transcribiendo con estas palabras las emociones que siempre he llevado dentro de mí, y ahora las saco fuera de mi interior para demostrar que aunque creamos verlo todo perdido en esta vida, siempre habrá alguien que se acuerde de ti, en los malos como en los buenos momentos, dedicándonos una plegaría o una oración…


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