viernes, 31 de mayo de 2013

Diego López


Mayo de hoy… el otoño besa mis labios con esa lacónica tristeza de los días grises. La hojarasca peregrina alguna danza del viento, como mis pasos peregrinan a veces erráticos. Avizoro el invierno, que anuncia el arrumbo para abrazarme en su letargo. Siento frío, como congelado en el tiempo pretérito y futuro.

Empero, una emoción desconocida me susurra al oído de mis instantes. Siento aroma a primavera, a estío… como si el reverdecer no obedeciera a claustros temporales. Callo mi mirada nostálgica en los silencios de mis adentros. Y lo puedo ver, lo logro sentir… los pétalos comienzan a desplegarse impregnándome con su aroma a renuevo. Y hay espinas aún marchitas que se tornan lágrimas para expiar heridas. Y lo puedo ver, en mis entrañas las aves trinan mañanas.

Mayo de hoy, el otoño besa mis labios con esa lacónica tristeza de los días grises. Mientras que yo respiro… fragancia de primavera, aroma de renuevo. Como desplegando las alas hacia una libertad, que mora en los estíos de mi alma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario