miércoles, 16 de octubre de 2013

Danilo Zárate Pacheco


Sudeste

No sé si alguna vez
de mi boca
podrá salir frase hermosa,
o mis pensamientos
sean la propia empresa
de un sinfín de sentires.

Quizás sea yo la espalda al río,
siempre está de lado
donde el sol da sombra
Buenos Aires tira sus desperdicios
tiñendo un horizonte marrón
donde barcos convergen
líneas sobre el agua
que ahogan mares recuerdos.

El corazón una burbuja estéril
bombea lágrimas argentum

La risa gris europea te enmanta diosa
y baña en sangre verde oscura
mientras se apodera de tu inocencia aborigen
de madres que paren gritos
en tierra fértil sucumbida de asfalto

Yo no sé cuán oscuro quedó tu pasado
cubierto en verdades ajenas
impuestas por un lenguaje risueño
llenando de zetas un aire agónico, galopante,
que trae el sentimiento de sudeste
demostrando su bravura

Si te besara, gris y lejana,
cuando el sol ya no te ilumina,
dejaría de sentir esa bruma
y te perdería para siempre.
Ahí radica tu belleza,
donde la lujuria te envuelve
y el deseo se hace eterno.

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