martes, 29 de octubre de 2013

Luz Molina


ESPERANZA 
Sus ojos brillan como lucero 
de saber que pronto llegará
lo que tanto le ha pedido a Dios. 

De regreso la encuentra sentada en la cama, 
como si el tiempo no hubiese pasado, 
le miró fijamente en sus ojos 
y una lágrima brotó y rodó por sus mejillas. 

El silencio fue roto 
cuando de pronto salió un suspiro de su corazón. 
Extendió sus manos y la abrazó contra su pecho, 
con lágrimas y dolor le dice: "Perdóname mamá". 

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