ESPERANZA
Sus ojos brillan como lucero
de saber que pronto llegará
lo que tanto le ha pedido a Dios.
De regreso la encuentra sentada en la cama,
como si el tiempo no hubiese pasado,
le miró fijamente en sus ojos
y una lágrima brotó y rodó por sus mejillas.
El silencio fue roto
cuando de pronto salió un suspiro de su corazón.
Extendió sus manos y la abrazó contra su pecho,
con lágrimas y dolor le dice: "Perdóname mamá".
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