SEPARACIÓN
El día se vuelve noche
en dos gritos desarrapados
la mirada busca
el techo protector
y encuentra el barrio
de los vecinos de nadie
los ojos que no ven
y tu corazón que no siente
las manos en los bolsillos huérfanos
la risa en el recuerdo profanado
la ropa en un armario de palabras
que ya no es compartido
no es tuyo
ni mucho menos mío
es una torre en ruinas
con los cabellos de niebla
no más llegadas a casa
no más juegos de niños
en realidad
ni tú ni yo más niños
no más echarte de menos
en pastillas con receta
ni más abriles
ni menos rezos
ni más nada
que la nada gris que nos separa
ni más mentiras que las tuyas
ni más llagas para cicatrizarlas
no quedan horas
que secuestrar a las noches
para sembrar palabras
ni rescates para pagarlas
has hecho tu maleta
con los restos de mi vida
dejando de ser quien eras
para ser tú
y subiste al tren del miedo
ese que te lleva sin billete
a la irreversible
tierra de nadie
ya no me visita la savia
de tus árboles parlantes
y tus sonrisas percuten tercas
contra mis sueños
no me queda ni el silencio
con que amueblarme
los insomnios
y he de finjir
finjo ser alguien
al que le sobra el tiempo
alguien con zapatillas
de andar por casa
también finjo tener casa
y quien me espere en ella
para quitarme una legaña
de la mirada triste
finjo ser yo quien mintió
y me lo creo
por no reprocharte
este estúpido infierno
y ya no queda de mi
salvo un amasijo de versos
condenados a ser leídos
solamente en invierno.
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