domingo, 31 de marzo de 2013

Jessica Arreola

Jessica Arreola nos envió uno de los poemas de su libro "Pájaros en el alambre", publicado en México en el estado de Hidalgo.


PAPALOTE
El papalote vuela entre las nubes
su cola arrastra la inocencia
de unas caras tristes bajo el humo
sus colores avivan el paisaje gris.
Los niños corren descalzos,
enterrándose el pasto entre los dedos,
sus manos sujetan el hilo,
no dejan partir su sueño entre nubes.
Las risas ahuyentan
gritos desesperados de hambre,
Ellos saltan y olvidan
Los rostros abandonados que yacen en casa.
El papalote vuela entre las nubes,
los pequeños se dejan caer en la tierra,
desde ahí observan planear el cometa.
No importa lo que ahora suceda
por que aprendieron a volar sin alas.

Joseph Myth



EL MAPA DE TU CUERPO

Hoy amanecí el día abrazado a ti, mientras los primeros destellos de luz atravesaban la ventana para cubrir con ellos tu adormilado cuerpo, dibujando diminutos diamantes sobre tu piel desnuda que se estremecía al contacto de mis manos. Fue una noche de luna llena, rodeados de rosas y velas encendidas, perfumando la cama con melodías de risas y caricias, besando tus labios dulcemente al compás de mis dedos que se perdían en el sinuoso tapiz de tu cabello ondulado...

Eres como el paraíso inexplorado donde dibujo los senderos que el mapa de tu cuerpo me ofrece sin miedo, subiendo tus montañas de rosada hermosura y bajando a los valles de tu pasión con mi delicada furia. Sensaciones que bailan al son imaginario de un vals sin partituras, donde los instrumentos de cuerda recitan notas, versos y rimas en forma de caricias descontroladas como las olas del mar embravecidas...

Y los cuerpos se rozan, se abrazan y se funden, como las gotas del rocío con la hierba por la mañana, y la lava caliente del volcán que nos une, descubriendo cada rincón escondido y cada leve suspiro que tu corazón hace palpitar con delicado esfuerzo, mientras acaricio uno a uno todos los secretos que destila tu maravilloso cuerpo. De esta manera subimos a las cimas del monte perdido, allí donde el cansancio nos deja sin fuerzas y los besos silenciosos adormecen nuestros ojos, susurrando una leve letanía de te quiero y de ti me enamoro...

sábado, 30 de marzo de 2013

Roxana Rosado



CENIZAS
Soy cenizas
restos de un amor que fluye lejos
en el viento de su despedida
cuando desapareciste
de mi vida.
Nuestra casa se convirtió en cenizas
llamas de la pasión quemando los recuerdos
una pasión tan largamente olvidada
en un pasado que no será nuestro, no más.
Mis sueños, mis esperanzas, mi todo
se convirtió en nada, como un polvo invisible
que se clava en las lágrimas
de mi futuro que ya no es.
Soy cenizas ahora
y el presente se convirtió en la nada de un futuro
que puede ser tocado por mis lágrimas de cristal
y disuelto en la voz de una promesa
que nunca
será verdad.
Eso es lo que soy hoy en día
sólo polvo, restos de un amor
que ha sido quemado,
que duele tanto,
una promesa que prefiero olvidar
aunque tengo que dejar las cenizas
de mi corazón en él.

viernes, 29 de marzo de 2013

Roberto Arlt

Si te gusto el Aguafuerte "Como Lobos" y te quedaste con ganas de escuchar mas, lee la siguiente:


El origen de algunas palabras de nuestro léxico popular


Ensalzaré con esmero al benemérito "fiacún".
Yo, cronista meditabundo y aburrido, dedicaré todas mis energías a hacer el elogio del "fiacún", a establecer el origen de la "fiaca", y a dejar determinados de modo matemático y preciso los alcances del término. Los futuros académicos argentinos me lo agradecerán, y yo habré tenido el placer de haberme muerto sabiendo que trescientos setenta y un años después me levantarán una estatua.
No hay porteño, desde la Boca a Núñez, y desde Núñez a Corrales, que no haya dicho alguna vez:
-¡Hoy estoy con "fiaca"!.
De ello deducirán seguramente mis asiduos y entusiastas lectores que la "fiaca" expresa la intención de "tirarse a muerto", pero ello es un grave error.
Confundir la "fiaca" con el acto de tirarse a muerto es lo mismo que confundir un asno con una cebra o un burro con un caballo.
Exactamente lo mismo.
Y sin embargo a primera vista parece que no. Pero es así. Sí, señores, es así. Y lo probaré amplia y rotundamente, de tal modo que no quedará duda alguna respecto a mis profundos conocimientos de filología lunfarda.
Y no quedarán, porque esta palabra es auténticamente genovesa, es decir, una expresión corriente en el dialecto de la ciudad que tanto detestó el señor Dante Alighieri.
La "fiaca" en el dialecto genovés expresa esto: "Desgarro físico originado por la falta de alimentación momentánea". Deseo de no hacer nada. Languidez. Sopor. Ganas de acostarse en una hamaca paraguaya durante un siglo. Deseos de dormir como los durmientes de Efeso durante ciento y pico de años.
Sí, todas estas tentaciones son las que expresa la palabra mencionada. Y algunas más.
Comunicábame un distinguido erudito en estas materias, que los genoveses de la Boca cuando observaban que un párvulo bostezaba, decían: "Tiene la "fiaca" encima, tiene". Y de inmediato le recomendaban que comiera, que se alimentara.
En la actualidad el gremio de almaceneros está compuesto en su mayoría por comerciantes ibéricos, pero hace quince y veinte años, la profesión del almacenero en Corrales, la Boca, Barracas, era desempeñada por italianos y casi todos ellos oriundos de Génova. En los mercados se observaba el mismo fenómeno. Todos los puesteros, carniceros, verduleros y otros mercaderes provenían de la "bella Italia" y sus dependientes eran muchachos argentinos, pero hijos de italianos. Y el término trascendió. Cruzó la tierra nativa, es decir, la Boca, y fue desparramándose con los repartos por todos los barrios. Lo mismo sucedió con la palabra "manyar" que es la derivación de la perfectamente italiana "mangiar la follia", o sea "darse cuenta".
Curioso es el fenómeno, pero auténtico. Tan auténtico que más tarde prosperó este otro término que vale un Perú, y es el siguiente: "Hacer el rostro".
¿A qué no se imaginan ustedes lo que quiere decir "hacer el rostro"? Pues hacer el rostro, en genovés, expresa preparar la salsa con que se condimentarán los tallarines. Nuestros ladrones la han adoptado, y la aplican cuando después de cometer un robo hablan de algo que quedó afuera de la venta por sus condiciones inmejorables. Eso, lo que no pueden vender o utilizar momentáneamente, se llama el "rostro", es decir, la salsa, que equivale a manifestar: lo mejor para después, para cuando haya pasado el peligro.
Volvamos con esmero al benemérito "fiacún". Establecido el valor del término, pasaremos a estudiar el sujeto a quien se aplica. Ustedes recordarán haber visto, y sobre todo cuando eran muchachos, a esos robustos ganapanes de quince años, de dos metros de altura, cara colorada como una manzana reineta, pantalones que dejaban descubierta una media tricolor, y medio zonzos y brutos. Esos muchachos era los que en todo juego intervenían para amargar la fiesta, hasta que un "chico", algún pibe bravo, los sopapeaba de lo lindo eliminándolos de la función. Bueno, estos grandotes que no hacían nada, que siempre cruzaban la calle mordiendo un pan y con gesto huído, estos "largos" que se pasaban la mañana sentados en una esquina o en el umbral del despacho de bebidas de un almacén, fueron los primitivos "fiacunes". A ellos se aplicó con singular acierto el término.
   Pero la fuerza de la costumbre lo hizo correr, y en pocos años el "fiacún" dejó de ser el muchacho grandote que termina por trabajar de carrero, para entrar como calificativo de la situación de todo individuo que se siente con pereza.
   Y, hoy, el "fiacún" es el hombre que momentáneamente no tiene ganas de trabajar. La palabra no encuadra una actitud definitiva como la de "squenún", sino que tiene una proyección transitoria, y relacionada con este otro acto. En toda oficina pública y privada, donde hay gente respetuosa de nuestro idioma y un empleado ve que su compañero bosteza, inmediatamente le pregunta:
   -¿Estás con "fiaca"?
   Aclaración. No debe confundirse este término con el de "tirarse a muerto", pues tirarse a muerto supone premeditación de no hacer algo, mientras que la "fiaca" excluye toda premeditación, elemento constituyente de la alevosía según los juristas. De modo que el "fiacún" al negarse a trabajar no obra con premeditación, sino instintivamente, lo cual lo hace digno de todo respeto.

Oscar Patricio Novoa



MUJER


Divina criatura concebida

De la mágica inventiva del creador

Llegaste dulcemente a la vida

Para ser sutilmente la diosa del amor.



Mujer que mueves al mundo

Con tu innato carisma y ternura

El corazón de amor, Dios te inundo

Para dar tus caricias llenas de dulzura.



Mujer Madre eres abnegada

Entregas tu paciencia y cariño

Mujer Esposa dulce e idolatrada

Abrázame fuerte como si fuera un niño.



Mujer dulce ninfa emprendedora

Lo que te propones lo puedes hacer

A la vez muy tierna y soñadora

Por ser como eres te has ganado mi querer.



Mujer sacrificada y luchadora

Es Tu amor la cálida morada

La calma, en la tormenta abrumadora

Mujer mi única y eterna enamorada.



Autor. Oscar Patricio Novoa

http://www.facebook.com/LibrosVirtualesDeOscarPatricio

jueves, 28 de marzo de 2013

Gabrielle Fleitas



Mi mundo
Ni en mi cama, ni en mis sueños, 
no hay huecos donde no te asomes tú
en los recodas del tiempo…en la inmensidad del sol.
centelleando las estrellas anunciando el frío…
embargada de calor
allí está tu presencia….
sin nombrarte, tu ser, cobra existencia.
No hay espacio vacío entre mi ventana y la luna
donde no vea tu rostro…con tus brazos envolviendo mi cintura
como esa herida profunda que persiste a la curación…
como un exquisito relieve, en un cuadro de exposición
así te llevo grabado…en mente…en mi corazón…
Como una fuerte corteza, protegiendo al árbol del sol…
quiero y no logro borrarte…quiero y no tengo tu amor…
siento el aroma a tus besos…
siento el perfume de tu pasión
tengo las ansias de tu boca…
de enmudecer con besos, tu fervor
no hay lugar en mi día…en que no encuentre tu sonrisa, y no me hable tu corazón.
Este corazón fiador de cariño…
que quiere recorrerte palmo a palmo
sentir el cálido susurro de tu voz…saborear tu ternura…
curar las heridas que la vida hizo a tu corazón,
no hay espacio entre tu, y mis pensamientos,
porque aunque no quiera,
ya estas dentro de mi vida…ya eres dueño de mi amor.
Gaby Fleitas


Imprevisto
De pronto la tarde se viste de melancolía, 
y una ráfaga somnolienta reposa en mis pupilas...
primorosas gaviotas rondan estos místicos delirios,
y las quimeras vuelven a querer tomar poder en mis dominios.
De pronto el tiempo, sin buscarlo, retrocede...
y una razón oculta, aguda y soberana aparece
despertando a la soledad, fiel compañera de mis amaneceres... 
caigo peregrina y esclava, de esta realidad que me precede.
La melancolía avasalla cuál tropel, mi día...
albacea de mi soledad...de mi presente
unos labios resecos buscan en la lejanía...
esa miel dulce, suave, que nutría otrora, mi vida.
De repente se dejan ver unos duendes perdidos, 
embriagando mi mundo...caldeando sentimientos,
del reloj ,las horas. Los minutos...sus secretos, 
encontrándome de improviso en la nebulosa del tiempo.
De pronto...la tarde se viste de melancolía...
tu ausencia, toma presencia...en esta tarde tan fría
el silencio de una melodía, te trajo hasta aquí...
y un abrazo perdido en el tiempo...mis suspiros abriga.

Francisco Castro



Fue de noche
y huí al placer
de perder
un pie o dos
en tu nube de hoy
en tu nube de hoy
ya de noche
caí en la cama
y por fin sonó
un compás en mi alma
un compás en mi alma
es de noche
y la uva triunfó
pero nuestro amor
dando portazos
y risas dijo adiós

Encontré un viejo atardecer
alguno de los que antes pintaste
y en los ocres del tarde
entre reiteradas melodías
vacié mis cajones
busqué en los balcones
y ya nada queda de mí
y ya nada de eso allí
cuando ya asoman las nubes
tendrías que verlo
sólos en la neblina
y muy sordos de amor
no llegarían a tocarme
y si pudiera los traería
un rato aquí, conmigo
déjenme en paz!
ya nada queda de mí
déjeme en paz!

miércoles, 27 de marzo de 2013

Jorge Méndez Orellana

Jorge Méndez Orellana es un escritor guatemalteco, proximo a sacar un libro nos envio los siguientes poemas:


Mosaico de una ciudad perdida

El cincel queda viudo cuando parte la piedra
Y queda un silencio descubriendo los misales expuestos.
El ático desnudo palidece junto al hierro  tan forjado,
Que muerde las trémulas voces que cantan ya sin gloria.

Y viene a postrarse al otoñal bebedero
Un ave de paso que muere de sed y se baña de prisa.
Estuvo presente el ascenso de un viejo portal
Con sus llantos mestizos y trincheras de sal,
Nada equivale a las yuntas del averno
cuando inundan la calle del abrupto caporal.

Murió el oligarca y cayó el capitán,
Se inmoló el arco entre los muros del espanto
Y en aquel día se rindió la dueña
Y se quedó sin el corcel.


Jorge Méndez Orellana
9/05/2011


En memoria del Terremoto del 4 de febrero, de 1976.


Los coyotes se llenaron las fauces con la luna llena,
Su lamento tiñó el sueño  de nostalgia y ahogaron la madriguera.
Lamieron el augurio unas horas antes, 
Vieron caer a muchos en los brazos de la muerte, 
Sin campanas, ni funeral cargando el cuerpo.

Ay, dolor, ayes de niñas y doncellas, ay, de ancianos y de abuelas,
Cayeron los dinteles sobre las almas y quedaron soterrados,
El cielo tuvo nubes de polvo en la madrugada,
Con gritos desgarrados nació el día y no hubo romería
De luciérnagas desde aquella madrugada.

Ay, dolor, dolor agudo, clamor de voces, temblor constante,
Desolado el vientre de mi amada con pedernal herido, 
Terror funesto, inconsolable el dueño de la vera tan florida, 
Muere en sus brazos aquellos ojos verdes, que fueron sus veladas.

Jorge Méndez Orellana
15/07/2012




Silvio Rodriguez

Este increíble poeta cubano siempre nos deleito con muchas de sus canciones, esta en particular es increible. Léanla y después disfruten de su canción:


Hay hombres que luchan un día 
Y son buenos. 
Hay otros que luchan un año 
Y son mejores. 
Hay quienes luchan muchos años 
Y son muy buenos. 
Pero hay los que luchan toda la vida: 
Esos son los imprescindibles. 
Bertolt brecht 

Sueño con serpientes, con serpientes de mar, 
Con cierto mar, ay, de serpientes sueño yo. 
Largas, transparentes, y en sus barrigas llevan 
Lo que puedan arrebatarle al amor. 

Oh, la mato y aparece una mayor. 
Oh, con mucho más infierno en digestión. 

No quepo en su boca, me trata de tragar 
Pero se atora con un trébol de mi sien. 
Creo que está loca; le doy de masticar 
Una paloma y la enveneno de mi bien. 

Ésta al fin me engulle, y mientras por su esófago 
Paseo, voy pensando en qué vendrá. 
Pero se destruye cuando llego a su estómago 
Y planteo con un verso una verdad.


A continuacion el video de la cancion:


martes, 26 de marzo de 2013

Maria Teresa Di Iorio



Solo rumores
Una cena a solas, hace tiempo que Ramiro no se lo proponía. Para Elvira era más que una simple cena, no estaban pasando por un buen momento. Una nueva crisis llegaba a la pareja,  ella sentía que en esta cita  iba a encontrar soluciones.
El restaurant era algo caro para lo que ellos estaban acostumbrados, pero según pensaba Elvira, el fin justificaba los medios. Y si ese gasto serbia para alejar la crisis ¡bien gastado estaba!
La cena fue tranquila, una conversación casi sin importancia, ella no quería apresurar las cosas, que todo se diera a su tiempo sin presiones.
Mientras esperaban el café, ella fue al tocador. Debió esperar para ingresar  al baño,  Se miro en el espejo, se vio tímidamente sensual. Se gusto, y hasta lleno su ego diciéndose lo bien que le sentaban los 50 años. Elvira no podía dejar de pensar en que seguro al terminar la cena, él le pidiera que lo acompañe en su viaje, que a pesar de ser por razones de trabajo podrían tener algún momento para estar juntos, sería como una segunda luna de miel. Ni bien se desocupo un baño entro, no quería hacer esperar a Ramiro.
Escucho voces, dos mujeres acaban de entrar, las risas le parecieron familiares, a punto de abrir la puerta el morbo por escuchar que decían se lo impidió, se apoyo sobre la puerta para oír mejor. ¡Ojala no lo hubiera hecho! Ambas se reían con total desparpajo
- ¿Lo viste? _
-Sí, ¿Con quién habrá venido? Pregunto la segunda
-Seguramente con la amante -Dijo la primera
Y agrego: Esto que te cuento, no se lo digas a nadie- Dando rienda suelta a su nociva lengua-
-Al parecer este viaje es solo una escusa para irse con la otra, y es mas está decidido a pedirle la separación_
-No, ¿en serio? Pregunto la segunda. Y con voz de lastima dijo: Pobre, no se merece algo así.
Después de tantos años, pobre Elvira, es una buena mujer-
-Es buena, pero muy simple para él.-Siguió la primera, además esta es más joven-
Al mismo tiempo que la realidad la golpeaba, reconoció las voces. Sus dos amigas o esas que se decían sus amigas se estaban deleitando con su dolor.
 De golpe todo lo que había cenado se le volvió acido en la boca.
-Están locas –pensó-No saben lo que dicen-
Él no sería capaz de algo así.
Ella siempre estaba a su lado. En la buenas y en las malas
¡Sí! Estaban en crisis pero no era la primera ni seria la ultima.
Abrió la puerta de golpe, las dos mujeres se quedaron heladas al verla en el espejo, sus rostros sonrientes se transformaron, casi pálidas rogando que no fuese real la imagen, un silencio envolvió el lugar, Elvira sentía que las lagrimas se agolpaban en sus ojos para salir
La primera procurando arreglar lo irreparable dijo:
-Son rumores, no hagas caso-
La otra, tomando del brazo a su compañera de chismes, la guio hacia la salida.
Momentos después salió Elvira, tratando de no llamar la atención  se acerco al mozo, le pidió un papel y una lapicera, escribió una nota.
-Por favor, entregue esto a ese señor-, Señalando la mesa donde se encontraba su esposo.
El mozo entrego la nota  que decía:
 “Esto que te cuento no se lo cuentes a nadie.
Dicen que Tienes otra mujer.
Y yo que creí que me amabas”.
Ramiro arrugo el papel, pidió la cuenta mientras pensaba en el dolor que le había causado un rumor a  su esposa.
Sin dudar de aquel rumor, Elvira salió del local, solo deseaba llegar a su casa para sentirse protegida por esas paredes en las que una vez fue feliz.

                                                        Maria Teresa Di Iorio






Gabriel Aviles


Gabriel Aviles en un escritor mexicano y nos envió el siguiente texto:

La cotidianeidad apaga todo rencor. Frases como “Buenos días”, “el café está menos amargo o este día es igual de denso a los demás” se transfiguran en maremotos y los sueños se deslizan por el ventanal de los rascacielos. 
Se desvanece mi actitud de semidiós conjugando la palabra instinto con pesadumbre; así, el amanecer se enuncia y susurra: Cubro tus labios con salitre que derrama mi hedor mientras gimes sin prejuicio, Soy rehén del onanismo sin pausa.

lunes, 25 de marzo de 2013

Jose Luis Del Castillo Mompart



NO ES POR ESO…




Esa mujer me desnuda de anhelos, me desangra de besos cada noche. 

Con el sencillo y limpio gesto de su sonrisa comienza el ritual de magia y amor que me reserva. Lo sé porque me lo enseñó en la escuela de su cuerpo, a la que yo me presento todos los días, como alumno aplicado en su piel. Enseguida, llena de susurros la pizarra, con un rumor como de olas, pero de besos. Y es curioso, porque besándome en los labios, me escribe amor hasta los pies.
Yo –entretanto- la paseo, como en una tarde de lluvia otoñal, dejando gotas de caricias y saliva enamorada por los bulevares de su talle. 
Ahora en el signo de paréntesis que forman las comisuras de su boca, ahora cierro un broche de amores tras su cuello, ahora sus hombros altivos, ahora su espalda… Ahora su sombra.
Toda ella es arte, pero un arte callejero, como el de los pintores de las orillas del Sena. 
Toda ella es río, pero un río callejeante, que se hace arte pintado entre las calles de París.
En este pasear de agua y acuarela, elijo sus pezones. Tan altaneros, tan sonrosados… Ellos me miran curiosos, como niños ávidos de saber. Yo les respondo con mi boca, muda de palabras pero pródiga en ropajes para vestirlos de húmeda paciencia. 
Y no me creerán lo que les digo, pero sus salientes siempre me sonríen y se estremecen a partes iguales. 
Ese instante, cuando sus caderas se convierten en vaivenes de montaña rusa y su sexo se eleva hasta los confines de mi ser, es el primer día de la Creación. Se hace la luz y me modela… Me hago barro y me ilumina.
Soy vasija, ella alfarera.
Esa mujer que me desnude de anhelos y me desangre de besos, está por venir y la presiento, está por quedarse y la deseo. 
Después, cada mañana, me hará una transfusión de amor para sanarme y me respirará boca a boca, para vivirla.
No es por eso que la amo y la venero, pero también.

domingo, 24 de marzo de 2013

Cuarto programa de Letras Libres

Ya se encuentra subido el cuarto programa de Letras Libres, para que escuches y re escuches. Cuarto programa de Letras Libres. En esta emisión vas a poder escuchar poemas de Macedonio Fernandez, Julio Cortazar y Pablo Neruda. Todo esto junto con nuestro invitado internacional: David Lopez Rodriguez.

Cuarto programa Letras Libres

Sobre la simpatía Humana

Roberto Arlt nos va a deleitar con una de sus grandes aguafuertes porteñas:

SOBRE LA SIMPATIA HUMANA

Usted camina por la calle, y todas las personas son aparentemente iguales. Pero dicha gente se pone en contacto con usted y, de pronto, siente que se desconcierta, que la vida de los prójimos es tan complicada como puede serlo la suya, que de continuo, en todas direcciones, hay espíritus que lanzan a toda hora su S.O.S Escribo esto porque hoy me he quedado caviloso frente a un montón de cartas que he recibido.
Cuando un autor comienza a recibir cartas, no encuentra diferencia entre una y otra. Todas son cartas. Luego, cuando se acostumbra, esta correspondencia va adquiriendo una faz completamente personal. El autor pierde su vanidad, y en cada carta encuentra un tipo interesante de hombre, de mujer, de alma...
Hay lectores, por ejemplo, que le escriben a uno cartas de cuatro, cinco, siete, nueve carillas. Usted se desconcierta. Se dice: ¿Cómo, este hombre se ha molestado en perder tanto tiempo en hablarle a uno por escrito? No se trata de un hombre que escribe por escribir, no. Es un individuo que tienen cosas que decirle, un espíritu que va a través de la vida pensando cosas.
Yo he recibido cartas curiosas. En algunas se me plantean casos terribles de conciencia, actitudes a asumir frente a la vida, destinos a cortar o reanudar. En otras cartas sólo he recibido una muestra desinteresada y bellísima de simpatía. Son las que más me han conmovido. Gente que no tenía nada qué decirme en especial, como no fuera la cordialidad con que seguían mi esfuerzo cotidiano. Alguien podrá decirme por qué me preocupa esto. Pero así como yo no puedo dejar de escribir sobre un hermoso libro, tampoco puedo dejar de hablar de gente distante que no conozco y que, con pluma ágil a veces, o mano torpe otras, se sienta a escribirme para enviarme su ayuda espiritual.
He abierto una carta de nueve carillas. El autor ha tardado una hora en escribirla, por lo menos. Me he detenido en la carta de una muchacha, que cada quince días me envía unas líneas. No tendrá nada que hacer, o de qué modo se aburrirá para escribirme sincrónicamente sus pensamientos de este modo tan matemático. Rompo el sobre de otra, es una esquela que parece escrita con pincel, letra de hombre que manejaría con más habilidad un martillo o un pincel que la pluma. Me envía sus palabras sencillas con una amistad tan fuerte que quisiera estrecharle la mano. Luego un fino sobre marrón; un encabezamiento: "Mar del Plata". Me hablan de mi novela; después, dos cartas escritas a máquina; una dactilógrafa y un muchacho, ambos deben haber aprovechado un intervalo en la oficina para comunicarse conmigo. Luego, otra con lápiz, luego, otra con un membrete de escritorio comercial, un señor que me propone hacer un distingo sobre dos estados civiles igualmente interesantes...
Y así todos los días, todos los días...
¿Quiénes son estos que le hablan a uno, que le escriben a uno, que durante un momento abandonan, desde cualquier ángulo de la ciudad y la distancia "su no existencia", y con algunas hojas de papel, con algunas líneas, le hacen sentir el misterio de la vida, lo ignoto de la distancia?... 
¿Con quién habla uno? He aquí el problema. Si a uno no le escribieran nunca, quizá existiera esta preocupación: "No le intereso a la gente". Pero, estos hombres y mujeres siempre novados; estas cartas, que siempre se le acercan en su casi totalidad a vocearle su simpatía, lo inquietan a uno. Se experimenta el desconcierto de que numerosos ojos le están mirando, porque siempre que uno ha escrito una carta, y sabe que
debe haber llegado, piensa lo siguiente: 
"¿Qué habrá dicho de lo que le escribí?"
Efectivamente, uno no sabe qué decir. Un lector me dice: "Le envío la presente por simpatizar con su manera de ser hacia el prójimo". Otro, me pide que me dirija al elemento obrero con mis notas. Otra, hace una parodia de la carta que me fue escrita por el "adolescente que estudiaba lógica", agregando: "dígale al dibujante que reproduzca el diseño que ilustraba esa nota, agregando a las víboras y a los sapos, un puñado de rosas".
De pronto, tengo una sensación agradable. Pienso que todos estos lectores se parecen por la identidad del impulso; pienso que el trabajo literario no es inútil, pienso que uno se equivoca cuando sólo ve maldad en sus semejantes, y que la tierra está llena de lindas almas que sólo desean mostrarse.
Cada hombre y cada mujer encierra un problema, una realidad espiritual que está circunscripta al círculo de sus conocimientos, y a veces ni a eso.
Hasta se me ocurre que podría existir un diario escrito únicamente por lectores; un diario donde cada hombre y cada mujer, pudiera exponer sus alegrías, sus desdichas, sus esperanzas.
Otras veces, me pregunto:
"¿Cuándo aparecerá, en este país, el escritor que sea para los que leen una especie de centro de relación común?
En Europa existen estos hombres. Un Barbuse, un Frank, provocan este maravilloso y terrible fenómeno de simpatía humana. Hacen que seres, hombres y mujeres, que viven bajo distintos climas, se comprendan en la distancia, porque en el escritor se reconocen iguales; iguales en sus impulsos, en sus esperanzas, en sus ideales. Y hasta se llega a esta conclusión: un escritor que sea así, no tiene nada que ver con la literatura. Está fuera de la literatura. Pero, en cambio, está con los hombres, y eso es lo necesario; estar en alma con todos, junto a todos. Y entonces se tendrá la gran alegría: saber que no se está solo.
En verdad, quedan muchas cosas hermosas, todavía, sobre la tierra. 

María Amparo Lamas Abella



Bésame mucho,bésame tanto.

Bésame, bésame tanto.
Que nunca alcance ese mucho
necesario para saciarme,
para no deshidratarme
con tus besos de agua y sal.
Bésame en el acto,
haciendo de este tacto
caramelos de néctar y miel.

Bésame, bésame infatigablemente.
Para que nunca llegue a la meta,
al futuro que nos prometen
unos labios que no sean los de hoy.

Bésame, bésame renovado.
Vaciémonos de nuestras ganas
dejemos las pozas secas
que no nos quede ni una gota por proporcionar.

Bésame con tus manos transmutadas en labios.
Encharcando con tu lluvia húmeda,
mis apetitos de mujer.
Bésame con tus pupilas negras.
Incrústame en el lecho de nuestro placer,
sin miedo al después.


Mírame y bésame.
Bésame y quédate,
un relámpago , una exhalación ,un siglo, un” este nuestro beso”.
Dejémonos llevar por el amor.
Que nos transportará
al edén de nuestros sensuales y sorprendentes besos.
Besos confetis.
Besos sol y esmalte purpura pasión.
Besos placidez.
Besos conciliación.
Labios fundidos con besos tostados
al calor de nuestro amor.
María Amparo Lamas Abella

Joseph Myth



He aquí los sabios dedos de un anciano, izando nuevas piezas de madera sobre el galeón imaginario que navega a la deriva por la mesa de trabajo; un anciano que ha visto pasar el tiempo con paciencia y lucidez, sorteando temporales y huracanes anudados a las palmas de su mano, donde las cálidas aguas de su niñez humedecen de salitre sus ojos adormilados, los cuales, siguen desbordándose silenciosamente por los acantilados de su vejez; más esta vejez no es impedimento alguno para crear maquetas hermosas de veleros y barcos…

Con delicada destreza las partes se van ensamblando; cañones, cuerdas y remos, en total armonía con aparejos y planos; elegancia estilizada de anclas y telas, desafiando al maestro que mima sus velas; dibujando cuadernas que sostienen la obra; pequeñas las delanteras de proa, iguales a las traseras de popa; más la quilla toma ejemplo de este baile maderero, recortando su silueta con sierra dentada su cuerpo; piezas que se lijan suavemente para darles forma adecuadamente; y entre ente y ente, un fantasma demente; en forma de bao, sostiene la cubierta la nao, y de esta manera curiosa, los mástiles de madera toman el cuerpo adecuado, para unirse a la quilla con esmero y cuidado…

Así nacen los bellos barcos de madera, desplegando sus maravillosas velas entre repisas y chimeneas; naufragando en botellas vacías sin vida, con la única brisa marina de un niño que observa y admira el delicado trabajo que su abuelo termina…

sábado, 23 de marzo de 2013

Jhonatan A. Eugenio Rojas

                                                   

   ¡No palpites tan fuerte corazón!


Amor, susúrrame al menos una oración
dame al menos una razón para olvidarte
o una razón para poder demostrarte
que lo que siento si es verdadero amor.
¡No palpites tan fuerte corazón!
pues al igual que ella, no tienes remplazo
no quiero perderte tras este rechazo
no pretendo quedarme sin las dos.

Macedonio Fernandez


CREIA YO
No a todo alcanza Amor, pues que no puedo
romper el gajo con que Muerte toca.
Mas poco Muerte puede
si en corazón de Amor su miedo muere.
Mas poco Muerte puede, pues no puede
entrar su miedo en pecho donde Amor.
Que Muerte rige a Vida; Amor a Muerte.

HAY UN MORIR
No me lleves a sombras de la muerte
Adonde se hará sombra mi vida,
Donde sólo se vive el haber sido.
No quiero el vivir del recuerdo.
Dame otros días como éstos de la vida.
Oh no tan pronto hagas
De mí un ausente

A MANOS TEMBLOROSAS CAYÓ EL AHORA DE LO QUE TEMBLÓ EN EL PRESENTIR
Ya es este el día, el presentido día 
que temblaba en nosotros al pensado 
entre los por venir del amor nuestro. 
Día que habría de brillar sólo para uno de los dos 
y en que vería mis dedos infelices llegándose a sus ojos 
sin mirada, para correr los párpados. Que cubrieran 
de miradas a los que ya eran ojos sólo para ser vistos.
Y el ausente de mí.
¡Que no te lleves mi Hoy!
Quisiera estarme todavía en mí.

Hay un morir si de unos ojos
Se voltea la mirada de amor
Y queda sólo el mirar del vivir.
Es el mirar de sombras de la Muerte.
No es Muerte la libadora de mejillas,
Esto es Muerte. Olvido en ojos mirantes.

Libro recomendado de la semana

Si bien no vamos a hacer una recomendación especifica en el programa de hoy, nos atrevemos a recomendar este libro del gran Pablo Neruda: "Memorial de isla negra".
Entre el sentimiento y la honda reflexión, estos poemas de 1964 causan profundo impacto, y no evitan, además, la maravillosa declaración de principios del artista y el hombre.



jueves, 21 de marzo de 2013

La espera para traducir “Rayuela” al hebreo ya terminó: duró medio siglo

La espera para traducir “Rayuela” al hebreo ya terminó: duró medio siglo


Oliverio Girondo

No necesita presentación, disfrutemos de los poemas de Girondo...



Nocturno

Frescor de los vidrios al apoyar la frente en la ventana.
Luces trasnochadas que al apagarse nos dejan todavía más solos.
Telaraña que los alambres tejen sobre las azoteas.
Trote hueco de los jamelgos que pasan y nos emocionan sin razón.
¿A qué nos hace recordar el aullido de los gatos en celo,
y cuál será la intención de los papeles 
que se arrastran en los patios vacíos? 
Hora en que los muebles viejos aprovechan para sacarse las mentiras,
y en que las cañerías tienen gritos estrangulados,
como si se asfixiaran dentro de las paredes.
A veces se piensa,
al dar vuelta la llave de la electricidad,
en el espanto que sentirán las sombras,
y quisiéramos avisarles
para que tuvieran tiempo de acurrucarse en los rincones.
Y a veces las cruces de los postes telefónicos,
sobre las azoteas,
tienen algo de siniestro
y uno quisiera rozarse a las paredes,
como un gato o como un ladrón. 
Noches en las que desearíamos
que nos pasaran la mano por el lomo,
y en las que súbitamente se comprende
que no hay ternura comparable
a la de acariciar algo que duerme.

Poema 12


Se miran, se presienten, se desean,

se acarician, se besan, se desnudan,
se respiran, se acuestan, se olfatean,
se penetran, se chupan, se demudan,
se adormecen, se despiertan, se iluminan,
se codician, se palpan, se fascinan,
se mastican, se gustan, se babean,
se confunden, se acoplan, se disgregan,
se aletargan, fallecen, se reintegran,
se distienden, se enarcan, se menean,
se retuercen, se estiran, se caldean,
se estrangulan, se aprietan se estremecen,
se tantean, se juntan, desfallecen,
se repelen, se enervan, se apetecen,
se acometen, se enlazan, se entrechocan,
se agazapan, se apresan, se dislocan,
se perforan, se incrustan, se acribillan,
se remachan, se injertan, se atornillan,
se desmayan, reviven, resplandecen,
se contemplan, se inflaman, se enloquecen,
se derriten, se sueldan, se calcinan,
se desgarran, se muerden, se asesinan,
resucitan, se buscan, se refriegan,
se rehuyen, se evaden, y se entregan.

Visita


No estoy.

No la conozco.
No quiero conocerla.
Me repugna lo hueco,
la afición al misterio,
el culto a la ceniza,
a cuanto se disgrega.
Jamás he mantenido contacto con lo inerte.
Si de algo he renegado es de la indiferencia.
No aspiro a transmutarme,
ni me tienta el reposo.
Todavía me intrigan el absurdo, la gracia.
No estoy para lo inmóvil,
para lo inhabitado.


Cuando venga a buscarme,

díganle:
"se ha mudado".