LA BESTIA
Vuela en la distancia
el calor de mi deseo,
que no entiende
de silencios imposibles…
Rastreo el olor
que desprende tu cuerpo,
sigiloso, con la piel de puntillas,
henchido de lujuria…
hambriento de ti.
La bestia regresa…
Conozco tu territorio,
cada noche me acerco a él
sin que lo sepas,
aunque sé que me intuyes,
me olfateas, me sientes.
Me gusta verte temblar
y saber que es por mi,
saber que no huyes,
que has dejado de intentarlo.
Lo sabes imposible.
Te entregas.
Me sacio de ti.
Te recorro palmo a palmo,
vientre a vientre,
claro a claro, río a río
hasta saberte.
Bebemos de nuestros cuerpos
en un rito ancestral,
salvaje y sereno a la vez.
ahora tú, ahora yo…
Ahora te ato y me desato en ti,
ahora, te desafío,
y azotas mis jadeos,
remontas las colinas,
perviertes los deseos.
Animales exhaustos, besamos
los sudores de la noche,
lamemos nuestras heridas,
y regresamos al ayer,
cuando éramos niños…
…Bestias dormidas.
Copyright© Jose Luis Del Castillo
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