Solo rumores
Una cena a solas, hace
tiempo que Ramiro no se lo proponía. Para Elvira era más que una simple cena,
no estaban pasando por un buen momento. Una nueva crisis llegaba a la
pareja, ella sentía que en esta cita iba a encontrar soluciones.
El restaurant era algo
caro para lo que ellos estaban acostumbrados, pero según pensaba Elvira, el fin
justificaba los medios. Y si ese gasto serbia para alejar la crisis ¡bien
gastado estaba!
La cena fue tranquila,
una conversación casi sin importancia, ella no quería apresurar las cosas, que
todo se diera a su tiempo sin presiones.
Mientras esperaban el
café, ella fue al tocador. Debió esperar para ingresar al baño,
Se miro en el espejo, se vio tímidamente sensual. Se gusto, y hasta
lleno su ego diciéndose lo bien que le sentaban los 50 años. Elvira no podía
dejar de pensar en que seguro al terminar la cena, él le pidiera que lo
acompañe en su viaje, que a pesar de ser por razones de trabajo podrían tener
algún momento para estar juntos, sería como una segunda luna de miel. Ni bien
se desocupo un baño entro, no quería hacer esperar a Ramiro.
Escucho voces, dos
mujeres acaban de entrar, las risas le parecieron familiares, a punto de abrir
la puerta el morbo por escuchar que decían se lo impidió, se apoyo sobre la
puerta para oír mejor. ¡Ojala no lo hubiera hecho! Ambas se reían con total
desparpajo
- ¿Lo viste? _
-Sí, ¿Con quién habrá
venido? Pregunto la segunda
-Seguramente con la
amante -Dijo la primera
Y agrego: Esto que te
cuento, no se lo digas a nadie- Dando rienda suelta a su nociva lengua-
-Al parecer este viaje
es solo una escusa para irse con la otra, y es mas está decidido a pedirle la
separación_
-No, ¿en serio?
Pregunto la segunda. Y con voz de lastima dijo: Pobre, no se merece algo así.
Después de tantos años,
pobre Elvira, es una buena mujer-
-Es buena, pero muy
simple para él.-Siguió la primera, además esta es más joven-
Al mismo tiempo que la
realidad la golpeaba, reconoció las voces. Sus dos amigas o esas que se decían
sus amigas se estaban deleitando con su dolor.
De golpe todo lo que había cenado se le volvió
acido en la boca.
-Están locas –pensó-No
saben lo que dicen-
Él no sería capaz de
algo así.
Ella siempre estaba a
su lado. En la buenas y en las malas
¡Sí! Estaban en crisis
pero no era la primera ni seria la ultima.
Abrió la puerta de
golpe, las dos mujeres se quedaron heladas al verla en el espejo, sus rostros
sonrientes se transformaron, casi pálidas rogando que no fuese real la imagen,
un silencio envolvió el lugar, Elvira sentía que las lagrimas se agolpaban en
sus ojos para salir
La primera procurando
arreglar lo irreparable dijo:
-Son rumores, no hagas
caso-
La otra, tomando del
brazo a su compañera de chismes, la guio hacia la salida.
Momentos después salió
Elvira, tratando de no llamar la atención
se acerco al mozo, le pidió un papel y una lapicera, escribió una nota.
-Por favor, entregue
esto a ese señor-, Señalando la mesa donde se encontraba su esposo.
El mozo entrego la
nota que decía:
“Esto que te cuento no se lo cuentes a nadie.
Dicen que Tienes otra
mujer.
Y yo que creí que me
amabas”.
Ramiro arrugo el papel,
pidió la cuenta mientras pensaba en el dolor que le había causado un rumor
a su esposa.
Sin dudar de aquel
rumor, Elvira salió del local, solo deseaba llegar a su casa para sentirse
protegida por esas paredes en las que una vez fue feliz.
Maria
Teresa Di Iorio
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