martes, 30 de abril de 2013

Laura Ayzemberg



Lo he visto morir mil veces
y nunca he llegado a tiempo.
Atravesé el universo
aprendiendo sus secretos.
Caminé tantos caminos
que casi no lo recuerdo.
Aparezco y desaparezco
cruzando siempre fronteras,
me paso la vida entera
navegando entre sueños
de los que aman apenas
o que mueren por un beso.
Mi nombre?
que importa eso?
Si cuando llegue el momento
te entregarás sin consuelo
a mis brazos para siempre.
Oh dulce y eterna muerte!

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