martes, 13 de agosto de 2013

Modesto Ivan Zepeda Jr



Fauno

Ahí estabas, bella, hermosa, con una pasión herida, una historia apolillada, con una transparencia única, y con un amor para que fuera amado. Desconfiada, con colecciones de tristezas y decepciones, pero era el momento oportuno, con el universo en celo, tu belleza única, y tu magia por todos lados. Nos encontramos como dos flechas en una cruzada, como dos gotas entre millones de lluvia que aterrizan en la misma hormiga, entre miles de millones de personas en este planeta, como dos alfileres en un pajar. Te vi, y me viste, yo un fauno loco en busca de un abrazo, en busca de las caricias de una sirena, de una ninfa, anhelando encontrar un bosque tierno para habitarlo de la mano de una dríade. Renuncie a mis campos y selvas para encontrarte y vivir en tu bosque, para descubrirme en el manantial de tus besos, y en el gigante árbol que te nutre de vida. Me enamore al probar tus hojas de dulzura, me perdí entre tus raíces cuando me refleje en tu tierna y hermosa mirada, esos ojos que me someten a tus caderas. Dame tu fruto y condenemos nuestras almas a que se amen eternamente es este bosque de tu ser dríade mía, que esta casualidad del cosmos que nos unió sea toda la alegría de nuestros días. Dríade hermosa soy tu fauno habitemos juntos el bosque de tu alma y tu corazón, por que fue tu sangre y mi sangre la que nos unió, por mandato divino de la vida misma. 

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