jueves, 25 de julio de 2013

Modesto Ivan Zepeda Jr


Emilio 

Emilio siempre estaba afuera de su casa al medio día, tranquilo, feliz y sonriente. Nublado, con sol, con lluvia el siempre contento. Todo aquel que pasaba por ahí el siempre feliz saludaba, hola! Adiós! Buenas tardes! Que le vaya muy bonito! Los quiero! Siempre vestía la misma ropa, no se sí tenia tenía la misma ropa repetida, o era su cambio favorito, o lo único que tenía, eso si, bien peinado siempre. Emilio sufría un retraso mental, estaba así desde pequeño, la gente constantemente lo llamaba tonto, mongol, idiota, retrasado, loco, pero el sólo sonreía y les decía hola, que les vaya bonito! Nunca se molesto, al menos yo nunca lo vi. Cuando yo pasaba por su casa siempre me detenía a platicar con el, me daba abrazos, me platicaba de princesas y dragones, y del gran amor que la luna le tenía al sol, era fascinante el mundo que me contaba, y con esa sonrisa que nunca se le escapaba. Cuando me despedía nunca me quería dejar ir, pero siempre lo hacía, con un que te vaya bonito, feliz día. Al llegar a mi casa
Siempre pensaba, quisiera ser como
el, lleno de historias, sonriente, feliz, completo de amor, y ternura, y me decía no es posible que yo sea normal, los retrasados somos nosotros, el retraso mental es la pandemia de la humanidad, Emilio es el normal, alguien con tanto amor no puede ser anormal, lo que pasa que la gente lo ve así, con abnegación, y no aceptamos la realidad, de que somos unos retrasados, de que los enfermos somos nosotros. Bendito Emilio y su gran amor por la vida. 

Modesto Ivan Zepeda Jr 

(Toda obra de Modesto Iván Zepeda Jr © 2013 conserva sus derechos reservados) 

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